martes, 19 de julio de 2016

MI CUADERNO DE BITÁCORA. ESTAMBUL

En estos días en que ESTAMBUL está tan en boga por los avatares políticos, quiero recordar que justamente el día que se produjo el intento de golpe de estado yo estaba en la capital, solo que 9 años antes (afortunadamente). Os dejo este capítulo de MI CUADERNO DE BITÁCORA



                Bizancio, Nova Roma,  Constantinopla y finalmente ESTAMBUL…   Fantasías alojadas en mis sentimientos desde mi niñez…   EL TURCO, en nuestras fantasías juveniles…  Que lujo aterrizar y recrearse en la panorámica de la ciudad desde el aire…  EL CUERNO DE ORO, abrazando EL BÓSFORO y el mar de MÁRMARA,  EL PUENTE GALATA, las Mezquitas: SOLEIMÁN, SANTA SOFÍA, AZUL, NUEVA, EL PALACIO DE TOPKAPI…

                Pasear por el PUENTE GALATA, en dirección a la torre del mismo nombre, atravesando el CUERNO DE ORO y dejando atrás los puestos de pescado asado que te empujan hacia los pescadores que cubren todo el puente.  La tarde que llegué hasta Estambul este fue mi primer destino y quiso el azar que presenciase una hermosa puesta de sol con el telón de fondo de los minaretes de las mezquitas y una cena en los exquisitos restaurantes que bajo el puente te sitúan a la altura del CUERNO DE ORO.

               Perderse, sin la ayuda de guías profesionales, llegar hasta la gran desconocida para el turismo, la basílica bizantina de SAN SALVADOR EN CHORA, sus mosaicos de fondo dorado y los frescos en sus paredes, sin duda los más hermosos en el mundo bizantino. Bajar desorientado hasta la MURALLA de la ciudad antigua, subir al  paseo sobre ellas y sus vistas impresionantemente azules del MAR DE MÁRMARA para continuar hasta el oscuro objeto del deseo de todo visitante de ESTAMBUL,  el KALAPI ÇARSI aunque si les digo GRAN BAZAR lo entenderán mejor, construido sobre las ruinas de una basílica civil bizantina cubierta por 15 cúpulas que cobijan casi 5.000 tiendas, el bullicio, las ofertas, el regateo y la frescura de los vendedores constituyen, al menos para mí, poco aficionado a las compras, una verdadera PASIÓN TURCA, me quedo con el BAZAR DE LAS ESPECIES, un paraíso para los sentidos…   

                 Volver a perderse por la vía central ISTIKLAL CADESSI hasta llegar a la PLAZA TASKIN.  Llegar hasta la COLINA DE LOS ENAMORADOS o al MIRADOR DE PIERRE LOTTY, con una impresionante vista de un más que azul del BÓSFORO, abrazando los puentes que unen ASIA Y EUROPA, la fotografía más buscada en el centro del puente con un letrero que dice WELLCOME TO ASIA, visitar un  auténtico PALACIO de las MIL Y UNA NOCHES, el de BEYLERBEYI

                 Una experiencia inolvidable, cenando una noche  en el RESTAURANTE SULTÁN en su terraza, a la altura de una cuarta planta y situado entre las MEZQUITAS AZUL Y SANTA SOFIA con una vista espectacular sobre ambas.    A las 22,30 se iniciaron los rezos y cánticos desde la majestuosidad de sus minaretes (quién puede dudar después de escucharlos de la ascendencia de esta cultura en  nuestro folklore musical andaluz).    Dos imágenes jalonan mi experiencia de ESTAMBUL, esta que acabo de relatar y sentirme navegando por el Bósforo, emocionado, resumiendo miles de fantasías de adolescente imaginativo, recordando los versos de ESPRONCEDA…

                   ASIA A UN LADO, AL OTRO EUROPA Y ALLÁ A SU FRENTE… ESTAMBUL.





 

lunes, 11 de julio de 2016

SUEÑO EN COLOR MARIPOSA

Os regalo un SUEÑO, riguroso estreno, que ha sido parido tras la pubicación de mi libro MIS SUEÑOS EN 39 COLORES, su título MARIPOSA y, como ellas, entra y sale en las vidas de los soñadores y soñadoras. Foto de Jorge Lázaro. Que sirva para evocar encuentros felices del los que marcan para siempre los rincones del alma.



Había estado muchos meses soñando con los ojos abiertos, imaginaba nuevos rostros, nuevos besos, una nueva piel y otra mirada diferente para llenar las soledades de mi alma.

Había buscado ese nuevo sueño desde la calma del reposo que, a veces, necesitan las almas como los navíos, después de travesías por paisajes agrestes, mares revueltos o amores atravesados.

Por eso cuando te encontré, ahora que ya no te buscaba, cuando te oí sin escucharte, cuando te miré emborrachado por tus pupilas, cuando sentí que mi piel se erizaba con ese primer beso con un paisaje de fondo nuevo para los dos, entendí que había comenzado a soñar y que ya podría cerrar mis ojos.

Nos habíamos mirado casi sin habernos hablado, nos dimos un abrazo como saludo y desde el primer instante supimos que nos amaríamos con la fuerza de los amores que se encuentran en cualquier esquina de unas vidas que son gemelas aún sin conocerse.

No tuvimos que pedirnos nada para sentir que la puerta de una habitación desconocida se cerraba tras los dos dejándonos amurallados para  descubrir que la búsqueda había finalizado y que los dos,  estábamos tan necesitados de amor como sobrados de deseos, tan necesitados de pasión como sobrados de ternura, tan necesitados de abrazos como sobrados de soledades del corazón.

Solo con cerrar los ojos evoco ese momento irrepetible, único y eterno en que nos abrazamos, sin decirnos nada, un instante en que los dos deteníamos nuestros mundos para unirlos en uno solo que disfrutaríamos a partes iguales.

Cogidos de la mano, rodeados por nuestras miradas cómplices, mis labios acabaron su recorrido cuando encontraron los tuyos para subirnos juntos en un carrusel que nos llevase por los caminos de la pasión compartida. Fue tan dulce como el recuerdo del primer beso, tan emotivo como la primera vez que nos miramos y tan inolvidable como el descubrimiento de nuestros cuerpos desnudos y tan cercanos que podíamos sentir cada uno el corazón desbocado del otro.

Detuvimos el reloj de nuestras vidas para poner en marcha una nueva en común, esa que habíamos creado fuera del torbellino de los mundos de cada día. Esta era la NUESTRA, donde podíamos correr desnudos sin temores a miradas curiosas, donde podíamos acariciarnos sin medida, poseernos sin silencios para juntos, a la vez y cogidos de nuestras manos enlazadas, embarrancar en el mismo puerto que atravesábamos descubriendo que el amor placentero se convierte en torbellino de pasiones cuando los cuerpos enamorados sienten la cercanía del otro.

En ese alto en el camino de nuestras otras vidas de cada día, vivíamos la nuestra propia amándonos de mil formas diferentes, nos gustaba sentir la saliva del otro desbordarse en la única boca que creábamos para los dos. La marea de nuestra pasión nos inundaba hasta llenar de besos el dulce mapa del cuerpo del otro, de empaparnos de los sexos confundidos en uno solo, de decirnos mil palabras de amor mientras el oleaje de la pasión compartida nos llevaba una y otra vez hasta la orilla con la misma energía de cuando comenzamos a sonreírnos  la primera vez. Primera vez… Tantas primeras veces fueron ese día… Tantas, que recordarlas me hace volver a subir en la embarcación donde navegar por los sentidos y por los corazones, ya para siempre inolvidables, de ese día mágico donde nos entregamos mutuamente…

Era en ese momento cuando, agotados de amarnos, nos deteníamos sin dejar de abrazarnos, nos sonreíamos, nos mirábamos dulcemente embriagados de amor y me perdía en esa mirada única, inconfundible, turbia desde la infinita limpieza de tu adolescencia renovada para decirte…

Sueño… Cuéntame un cuento…

¿Como lo quieres? Me preguntabas desde la turbación enamorada de tu cuerpo entregado a este nuevo amor de otoño con olores de primavera.

Desde mi nuevo mundo, donde los colores hablaban y los sonidos sonreían, apenas pude decirte muy cerca mis labios de los tuyos…

“Cuéntame un cuento que nunca, jamás hayas contado a ninguna otra boca.”